Si leyeron mi publicación anterior, habrán visto que les hablaba sobre las mujeres y su bendita histeria. Sin embargo… ¿Qué pasa con los hombres?
Desde hace un tiempo que vengo escuchando que los “hombres están hechos unos histéricos”, que “no saben lo que quieren”, que “se hacen los interesantes”, entre otras. Pero ¿Hasta qué punto esto es verdad?¿ O seremos nosotras, las que por un tema de orgullo, no reconocemos que nuestras vueltas y confusiones originan este comportamiento?
Es por eso que un mediodía, decidí sentarme y ponerme a investigar sobre este tema. Y fue así como, después de leer varios artículos e informes pude llegar a la conclusión que..lamentablemente chicas… cada vez es más factible encontrarse con algún histérico a la vuelta de la esquina.
Quizás alguna veces logramos darnos cuenta en minutos por el sólo hecho de escucharlo hablar; y es en ese momento cuando decidimos dejar la diversión sola y exclusivamente para una noche. Pero debemos reconocer que hay veces que ese sexto sentido nos falla, y caemos en la realidad, recién cuando los sentimientos se nos descontrolan, se ponen entremedio y nos empezamos a preguntar si la otra persona querrá conocernos más a fondo, si buscará tener algo serio en un futuro..
Según parece, el hombre histérico se caracteriza por ser una persona que enciende el deseo del otro generando expectativas, pero cuando llega el momento de concretar adquieren una conducta evitativa e indiferente; provocada ya sea por miedo al compromiso, al fracaso, al ridículo, o simplemente por una cuestión de baja autoestima.
Si si, leíste bien, “baja autoestima”, porque si bien se muestran como una persona atractiva y segura de sí misma, es con ese comportamiento que buscan que el otro les confirme su valor.
Es por ello que cuando lo logran y la otra persona avanza, su necesidad ya está satisfecha y se abren. Sin embargo, deberíamos tener en cuenta que muchas veces este accionar es de modo inconsciente, ya que en el fondo suelen ser personas muy conflictivas con alguna fobia puntual o un temor recurrente en su historia familiar.
De todas formas, yo creo que además habría que agregar el temor que le tienen ciertos hombres a la mujer, porque debemos admitir que los tiempos han cambiado, y ahora la misma se muestra como una persona exigente y decidida, que pide, desea y demanda.
Ahora bien, sabiendo esto…¿Por qué aún seguimos esperando que el hombre de el primer paso? ¿Por qué muchas veces le seguimos el juego, subiéndonos a la calesita, dando un sinfín de vueltas sin un objetivo definido? ¿Por qué todavía nos sorprende que los hombres actúen de tal manera si es algo que cada vez ocurre más seguido? Y si sabemos que somos tan independientes, seguras de nosotras mismas, modernas y decididas…¿Por qué seguimos esperando que los hombres actúen como lo hacían antes; que ellos nos pidan el número, que llamen al otro día después de la primera cita, que nos pregunten si queremos dar un paso más en la relación o como quieran llamarlo?…. ¿Por qué no hacerlo nosotras?
Por ahí no nos damos cuenta y quizás lo que nos invade es una cuestión de Ego, porque a la hora de conocer a una persona, no sólo se interponen las creencias, los temores, fobias e historias que tenga cada una, sino que también salen a luz modos de ser, y el ego muchas veces es los que nos juega en contra. Porque para no quedar en ridículo, no demostrar nuestra debilidad, nos hacemos las indiferentes esperando a que el otro accione. Y no es que quiera dar un sermón en este momento, porque debo admitir que yo también lo hago.
Sin embargo, creo que todas deberíamos poner todos estos aspectos sobre la mesa y analizar si lo que nos ocurre con nuestro chico o con cualquier otro que se nos cruce, se debe a una cuestión nuestra, de él o de ambos. Porque si nos parece que valdría la pena sacarnos el ego de encima y animarnos nosotras a dar el primer paso…¿por qué no hacerlo? Y en el caso que saliese mal.. nadie murió por internarlo…ya que como se dice habitualmente; si no era el indicado, aparecerá otro que sí lo sea…don’t you think?

«No seré la primera en hablar y si él nunca me llama de nuevo…siempre pensaré afectuosamente, que es un estúpido»
0 comentarios