
Como muchos de ustedes lo habrán notado, hoy en día, cuando dos personas se conocen y comienzan a establecer una relación amorosa, pareciera que los papeles que juega cada uno ya están establecidos. Porque vamos a decir la verdad, si hablamos de una pareja hombre y mujer, generalmente el que va a tomar las riendas en el asunto (dentro de una sociedad machista) va a ser él. Como si de una película de amor se tratase, el hombre generalmente hará hasta lo imposible para conquistar a su “media naranja”.
Sin ir más lejos, quién no recordará por ejemplo la escena de la película “Pride and Prejudice”, cuando Mr. Darcy se le declara con un sin fin de bellas palabras a Elizabeth Bennett.

Wooow…Hold on dude! Podría ser lindo por aquellas épocas…Pero ¿Quién dijo que hoy en día debería seguir siendo igual? ¿Por qué se debería continuar con ese patrón preestablecido en donde el hombre es quien debe dar el primer paso en una relación?
Estamos en el siglo XXI y muchas cosas han cambiado, entre ellas el papel que toma la mujer en la sociedad. Se podría decir que la mujer del siglo XXI tiende a ser una prisionera de una sociedad machista. Y no solo en el trabajo, en el deporte y otros quehaceres de la vida diaria; sino también en cuanto a relaciones de amor se refiere.
Hoy en día está de algún modo estigmatizado que si la mujer posee los mismos comportamientos que un hombre a la hora de conquistar a su pareja, es o una puta, una loca acosadora o una mujer sin dignidad y orgullo. Pero ¿Por qué? ¿Por qué ha de catalogarse a una persona de este modo, por una costumbre culturalmente preestablecida desde hace años?
Los tiempos han cambiado y las mujeres también. De allí que la mujer se haya quitado esa máscara machista, para tomar muchas veces las riendas de la situación.
Por ejemplo, decime si alguna vez viste a una chica tratando de entablar una conversación con un chico en un pub o boliche.. O si alguna vez escuchaste a una amiga diciendo “es la segunda, tercera vez que lo invito a salir y me rechaza”…estoy segura que jamás. Sin embargo, si lo hiciera un hombre demás está decir que lo estaríamos aplaudiendo de pie por su gran perseverancia e insistencia.
¿No es raro?.. .es como si la mujer tuviese un rol protocolar que cumplir y el hombre otro.
Situación 1: No te habla… ¿Por qué esperar a que lo haga él? ¿ Por qué no ahorrarnos ese tiempo, esa maldita espera (que quién sabe cuántas cosas por demás maquinearas) agarrar el celular y mandarle un mensaje?
Situación 2: Vamos a un boliche y nos gusta alguien…¿Por qué esperar a que esa persona se nos acerque y nos pida el número… ¿Por qué no hacerlo nosotras?…y si te lo rechaza…So what!?…El mundo es bastante grande con muchas personas más por conocer.
Y por ejemplo…si nos fuésemos al otro extremo, quién no recordará la película “Un lugar llamado Notthing Hill”, en donde Anna Scott, la protagonista básicamente le pide, sino le ruega su amor a William Tacker.

“Solo soy una chica de pie frente a un chico pidiéndole que la ame”. Seguramente que más de una vez nos hemos tentado con dichas palabras para decírselas a quién en ese entonces (por qué no ahora) fue o es nuestro amor del momento. Sin embargo, existe esa barrera cultural que nos indica que el que debería hacer eso es el hombre, que de lo contrario le estaríamos siendo infiel a nuestro rol puramente femenino.
Lo que quiero decir con esto, es que muchas veces quizás, perdemos la oportunidad de conocer a personas con quién podríamos hacer un gran match, momentos únicos con quién no tuvimos el coraje de decirle lo que sentimos, relaciones potenciales de amor de las que seguramente te prohibiste vos misma por esperar a que el otro accionara.
Porque si hay algo que debemos tener en cuenta es que no todos los hombres actúan por igual; siempre están y estarán los tímidos, los lentos, los que les gusta que los agasajen y le estén detrás, los que nunca van a dar el primer paso (pero después quizás lo den todo); hombres que se excluyen de esta cultura machista que nos rodea. Que se dan cuenta y saben que hoy en día la mujer puede tomar el papel protagonista, sin necesidad de tildarla como una loca, una mujer sin dignidad.
Son hombres que saben que la mujer de hoy en día es un ser liberal, independiente, que no le importa el qué dirán o qué pensarán, que busca salirse de los parámetros culturales de una sociedad machista, mostrando su lado más femenino, más puro, más humano; en donde no hay ningún rol o papel que cumplir; simplemente una mujer que busca ser una misma.
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